A Víctor Jara lo llevaron, como a tantos, al Estadio de Chile, poco después del golpe. Al identificarlo, un oficial gritó: «A ese hijo de puta, me lo traen para acá. Así que vos sois Victor Jara, marxista, comunista, cantor de pura mierda», le dijo. Lo apartaron y se ensañaron con torturas durante tres días y tres noches. Víctor Jara presentaba 56 fracturas óseas y 44 balas en el cuerpo. Tenía 40 años ese 16 de septiembre de 1973. Su viuda, Joan Jara, pudo identificarlo luego.
Han pasado 50 años y ha sido ahora cuando la Corte Suprema de Chile ha condenado en firme a siete exmilitares como responsables de su secuestro y homicidio. La mayoría hizo carrera en el Ejército. El fallo judicial, unánime, llega medio siglo después, en vísperas del aniversario del golpe.
José Luis Sastre se pregunta ¿Es justa la justicia si es tan lenta? ¿Y si no llega?, pues hay asesinatos que nunca se resolvieron y cuerpos que siguen sin aparecer.
Uno de los siete exmilitares condenados, Hernán Chacón Soto, de 86 años, se ha suicidado antes de que la policía lo arrestara y trasladara a la cárcel para cumplir la condena de 25 años. Muchos otros “valientes militares” chilenos se suicidaron antes de cumplir condena: Francisco Zúñiga, Mateo Tapia, Raúl Fernández, German Jorge Barriga, Luis García, Gonzalo Héctor Asenjo, Luis Alejandrino Hidalgo, Osvaldo Rubén Tapia, Rolando Figueroa, Luis Enrique Jara, Odlanier Rafael Mena, Luis Mella, Hernán Ramírez… No titubearon a la hora de violar, torturar y asesinar, pero no pudieron tolerar ir a la cárcel.
Manifiesto
Yo no canto por cantar
Ni por tener buena voz
Canto porque la guitarra
Tiene sentido y razón
Tiene corazón de tierra
Y alas de palomita
Es como el agua bendita
Santigua glorias y penas
Aquí se encajó mi canto
Como dijera Violeta
Guitarra trabajadora
Con olor a primavera
Que no es guitarra de ricos
Ni cosa que se parezca
Mi canto es de los andamios
Para alcanzar las estrellas
Que el canto tiene sentido
Cuando palpita en las venas
Del que morirá cantando
Las verdades verdaderas
No las lisonjas fugaces
Ni las famas extranjeras
Sino el canto de una lonja
Hasta el fondo de la tierra
Ahí donde llega todo
Y donde todo comienza
Canto que ha sido valiente
Siempre será canción nueva.
Víctor Jara
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