Un bonito ejercicio y muy beneficioso. Tomas aire y a la vez observas lo que te gusta y lo que no.
Puedes ver por la ventana algunos países en época de elecciones. Momentos de confusión, de palabras huecas y promesas falsas. El mejor político viene a ser el más hábil para enaltecer a la gente con engaños. Y es que los votos son el aval de su futuro. En política, de unos años a esta parte, la mentira dejó de ser delito y ha pasado a ser una técnica y estrategia más, apenas combatida o denostada; en ocasiones hasta celebrada. ¡Qué gran aportación en este sentido hizo Trump! Resulta muy triste que las urnas no sean un depósito de ilusiones, sino de odios.
Sánchez Romero dice que “a medida que la política se aproxima más a la religión y lo que se cree pasa a tener más importancia que lo que de verdad ocurre, uno va perdiendo la fe en ella”.
El periodista Ezra Klein habla de cómo la política vuelve estúpida a la gente inteligente. Ante determinados debates del ser humano no quiere encontrar la respuesta correcta sino ganar la discusión. Políticos bien dotados intelectualmente suelen utilizar su superioridad no para aproximarse a la verdad sino para favorecer la posición de su partido. Y así nos va.
Y el humorista estadounidense Andy Borowitz se pregunta: ¿Son los políticos cada vez más tontos? Dice que la respuesta es positiva y va recorriendo la vida de los últimos presidentes de su país. “Los estadounidenses se han vuelto tan cínicos que cualquier signo de autenticidad, incluso parecer un idiota, se convierte en un activo. Por eso los discípulos ascienden rápido en cuanto dicen una barbaridad lo suficientemente grande.”
Y por la ventana ves que, mientras la representante de Israel actúa exitosamente en Eurovisión (aunque su país no pertenece a Europa), el ejército israelí vuelve a bombardear con 40 aviones y drones la Franja de Gaza dejando más de 30 muertos y decenas de heridos, casi todos civiles. Los bombardeos se repiten (2006, 2008, 2012, 2014, 2021, 2022…) y ya se han normalizado.
Gaza lleva más de 16 años sufriendo un bloqueo ilegal por parte de Israel. Desde entonces, dos millones de palestinos y palestinas, toda una generación en Gaza no ha conocido más que muerte, destrucción y privaciones. Están atrapados y atrapadas en una prisión al aire libre. Además, la gran potencia militar de Israel cuenta con la anuencia y apoyo de las otras potencias mundiales, con EEUU a la cabeza. Y la opinión pública hace tiempo que come el cuento de la equiparación de las víctimas y los victimarios y acepta que ‘Israel invade a Palestina en defensa propia’.
Y también observas numerosos fuegos en el mapa. Unos provocados por accidentes y otros por pirómanos asesinos que andan sueltos. El factor más favorable a los incendios es la sequía.
Por ejemplo en España, el mes de abril ha sido el más seco desde que hay registros, o sea, desde hace más de 60 años. Se acabó el refrán “En abril aguas mil”. Las reservas hídricas están al 49% de su capacidad. En Andalucía y Cataluña más de 220 municipios tienen restricciones en el uso del agua y afecta ya al 80% del campo (agricultura de secano y la ganadería extensiva). Poca agua, contaminada y mal gestionada.
¿Cuánta gente es consciente de que no podemos seguir tratando el agua como si fuera un recurso ilimitado? Pasa igual que con el cambio climático. Un virus de la ceguera o de la sordera afecta a la población en general, el mismo que afecta a los fumadores por mucho que les digan que cada año mueren en España 60.000 personas por el tabaco y que es la primera causa de muerte evitable.
Y ves por la ventana cómo se empeñan en dar ‘alcance internacional’ a la coronación de Carlos III de Inglaterra. La realidad insiste en querer parecerse a una película. Más que una ceremonia fue un concurso de disfraces. Quisieron modernizar una ceremonia donde la gracia de Dios recae en un señor de 74 años que llega a la catedral subido en un carromato. Todo esto en tiempos de la explosión de la inteligencia artificial. ¡Cuán modernas estas monarquías! ¡Vaya montaje!
Nada tiene que ver con tan pomposo evento, pero fue otra aglomeración coincidente en el tiempo: Al menos 85 personas murieron y más de 300 heridas en Saná, la capital de Yemen, en una estampida producida en un centro de distribución de ayuda donde se concentraban cientos de personas. Como dicen siempre las autoridades, ‘se investigarán las causas’.
Bueno, cerremos la ventana. Pero no me digan que no es un ejercicio divertido.

Ventana del mochuelo
Deja una respuesta