No más lecciones, por favor. Déjense de lecciones. Es en vano. No sirven. Es difícil aceptarlas.

Se les llenan las bocas de democracia. ¿Cuál democracia? ¿La de votar, callar y ver la tele…? Mejor miren sus corruptelas y callen… Se dicen demócratas y están deslegitimando el sistema democrático.
Hablan de paz y al mismo tiempo defienden que más armas solucionarán las guerras. Nunca más agua impidió las inundaciones; nunca más contaminación limpió el aire; nunca más viento apagó el fuego.
¿Solidaridad internacional? ¿Qué rollo van a contar? El pasado noviembre firmaron un alto el fuego el Gobierno etíope y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray tras dos años de guerra. 600.000 civiles muertos, dos millones de desplazados y 10 millones sufriendo hambruna. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo muy ‘compungido’: “Etiopía es una de mis mayores frustraciones porque no somos capaces de reaccionar de manera adecuada a una violación a gran escala de los derechos humanos, a violaciones masivas, al uso de la violencia sexual como arma de guerra, a asesinatos y a campos de concentración basados en el origen étnico”. Pero, Sr. Borrell, Etiopía no es Ucrania, ni las personas refugiadas etíopes son consideradas como las ucranianas.
Repiten que las leyes y la justicia son iguales para todos. Y vemos jefes de estado y reyes con inmunidad absoluta, inviolables y no sujetos a responsabilidad dentro de su país. Y vemos poderosos adinerados que pueden recurrir indefinidamente, rebuscar las trampas de las leyes y la complicidad de los jueces para evitar condenas. Por alguna razón las cárceles están llenas de pobres.
Nos hablan del derecho a la información veraz. Pero se permite la manipulación de noticias y fake news en los medios. Unos medios a la vista alineados y sometidos económica y políticamente.
La Iglesia es ‘una, santa, católica y apostólica’ predican. Es manifiesta su unidad y su santidad en las guerras barriobajeras entre los cardenales en el Vaticano. Es tan católica que la mitad defiende al papa Francisco y la otra mitad está en contra. Es tan cristiana que ha ocultado miles de casos de pederastia dentro de la institución y despreciado a sus víctimas. ¿Y su pobreza evangélica…? ¿Y su discriminación de las mujeres…?
Los políticos gozan del derecho de libertad de expresión y también parece de libertad de insultos, pero no así la ciudadanía que disiente de ellos o maldice sus corruptelas. Para ella están las ‘leyes mordazas’.
Como bobos nos ilusionamos cada vez que se celebra una Cumbre del Clima. Ya van 27 cumbres y 27 veces nos han tomado el pelo, mientras el planeta sigue gravemente herido. La empresa que más basura plástica genera en el mundo, Coca Cola, patrocinó la última Cumbre en Egipto. La próxima se celebrará en Dubái, centro financiero de Oriente Medio, en el corazón de los Emiratos Árabes, y será presidida por el jefe de la petrolera estatal, Sultán Al Jaber. ¡Qué podemos esperar!
¿Y las fronteras? ¿Existe algo menos libre que el Libre Mercado? Para los ricos y los famosos, para las mercancías, para los capitales y las finanzas, no existen barreras ni fronteras. Sólo hay fronteras cerradas para las personas inmigrantes pobres. ¿De qué libertad nos hablan?
Las grandes empresas multinacionales juegan ahora a vestirse de ‘verdes’ y ‘ecológicas’. Otro cuento más. La mayor petrolera de EEUU y segunda más grande del mundo, Exxon, tenía desde los años 70 informes científicos precisos sobre el futuro calentamiento del planeta y sabía las consecuencias climáticas nefastas que tenía su negocio. Pero Exxon no sólo lo ocultó, sino que públicamente se dedicó a negarlo y a desacreditar a quienes sostenían lo que se ha demostrado ser verdad. Y siguió dándole a la máquina del dinero de los combustibles fósiles.
Mejor dejen de darnos lecciones, ahórrenselas, señores economistas, banqueros, oligarcas, tertulianos de los medios, portavoces políticos, jerarcas, jueces supremos y otras autoridades. Dialoguen entre ustedes, lean, recen, viajen, hagan lo que quieran, pero no más lecciones, y, si quieren, empiecen por hacer lo que tanto predican. Nosotros ya aprenderemos por nuestra cuenta.
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