
Histórico porque nunca antes hubo un gobierno de izquierdas. Dos partidos, Conservador y Liberal, se repartieron la tarta del poder a lo largo de toda la historia. Dos partidos de las oligarquías. Y como dice Malco Deas, “en Colombia no han existido clases dirigentes, sino únicamente clases dominantes, unas oligarquías con visión muy estrecha y de cortísimo plazo, por lo que han recurrido siempre a la violencia”. Ninguna revolución cambió las clases dominantes que siempre manejaron este país con violencia y contrarrevoluciones preventivas…
El triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez significa una historia nueva. Como símbolo tuvieron que enfrentarse a Rodolfo Hernández, un bufón presentado como “ingeniero” para encabezar un movimiento ‘antipetro’ y representar a toda la derecha colombiana unida, un empresario con causas pendientes con la justicia, un ignorante que ni siquiera se atrevió a acudir a un debate electoral, un “Trump criollo” promovido por Estados Unidos.
Mientras, los medios conservadores presentaban a Petro como un peligroso exguerrillero, comunista bolivariano, narcoterrorista. En su primer discurso, la propuesta de Gobierno del ‘tan peligroso’ Petro fue: La paz, la justicia social y la justicia medioambiental. Una petición de más unidad al continente latinoamericano. Una mano tendida a los votantes del otro candidato. Un cambio para dejar el odio y los sectarismos atrás, sin venganzas. Un cambio para el diálogo y la esperanza. Una apuesta por la Colombia multicultural y una Colombia como potencia mundial de la vida.
Propuesta hecha en un país cuyos gobiernos sólo habían conocido medidas de represión y una violencia institucional y estructural blindada por la impunidad.
Ha sido un triunfo del pueblo colombiano, contra viento y marea, contra el viejo bipartidismo de derechas, contra el monopolio de los medios de información, contra unas fuerzas armadas represoras y sus colaboradores paramilitares, contra un sistema corrupto en todos sus niveles, contra maniobras electorales fraudulentas, contra todo tipo de bulos y calumnias, contra la represión policial hasta última hora…
El triunfo de Petro, significa una cambio de era. Mas no cabe la euforia desmedida. Se asume el gobierno, pero no el Poder.
El sistema que reina en Colombia está consolidado durante siglos y no puede cambiarse fácilmente. Durante décadas tejieron sus redes legislativas, económicas y represivas. La oligarquía colombiana no es fácil, el imperialismo en Colombia no es fácil, el paramilitarismo no es fácil, la derecha colombiana no es fácil y ha obtenido casi la mitad de votos. La derecha controla la riqueza, el Poder Judicial y los grandes medios de comunicación y cuenta con el patrocinio de Washington. La corrupción institucional no es fácil de eliminar.
Como se dice, torcerle el pescuezo a la realidad colombiana no es fácil. Es el segundo país latinoamericano con mayor índice de desigualdad después de Brasil, con más de 21 millones de pobres y 7,4 millones en extrema pobreza. El 2% de propietarios acapara cerca del 90% de las tierras de cultivo. Este año van 47 masacres en las que asesinaron a más de 76 líderes sociales y 21 exguerrilleros. El país es un ‘cementerio clandestino’ de fosas comunes. Los paramilitares siguen activos como ejército de seguridad de las empresas multinacionales. Los intereses de la oligarquía se entrelazan con los de Estados Unidos, perpetuando el Plan Colombia para unir la economía de guerra con la del control social y territorial. Colombia alberga la mayor cantidad de bases militares estadounidenses en la región.
Un cambio imposible convertido en un desafío ilusionante. Habrá que redoblar la vigilancia, contar siempre con el pueblo y avanzar con mucho tacto en esas arenas movedizas para ir tomando espacios poco a poco.
Nuestras felicitaciones al pueblo colombiano. La Historia está para ser cambiada. Sí se puede.
(Refer. a diversos comentarios de prensa) (Imagen de telam.com.ar)
Me ha gustado mucho este «retrato» y estoy de acuerdo. Colombia es muy particular, y sus políticos (lagartos de profesion) con poca vocación y ninguna aportación al bien común.
Gracias por esta Mirada que nos ayuda a conocer y comprender. Ojalá y a pesar de todo, esto sea un realidad duradera para Colombia.
Muy clarito el artículo para entender bien lo que ha ocurrido en estas elecciones. Colombia lo merece