Se considera complejo y complicado. Según parece, hablar de inmigración resulta tremendamente complicado. Es un tema tan mal tratado en la mayoría de los países, que hay que taparse la nariz para hablar de ello. Da igual el origen, en cada país tenemos nuestros inmigrantes.

Tocar el asunto migratorio nos sitúa automáticamente en otro plano distinto, en un submundo rodeado de desprecio… ¿Será que nunca nos ha tocado emigrar, ni a nadie de nuestra familia, ni a ninguno de nuestros antepasados? ¿Nunca nos vimos obligados a abandonar nuestro lugar de nacimiento por necesidad económica o laboral, por situaciones de conflicto o violencia, por mejor futuro para nuestros hijos…? ¡Qué suerte! En todo caso, ¿por qué se trata este asunto con tanto desprecio, tanto rencor y odio, como si no hubiera seres humanos por medio?
UN DETALLE. Durante el primer trimestre de este año, decenas de miles de inmigrantes, la mayoría de Túnez y Libia, llegaron a las costas italianas huyendo de la esclavitud y persecución en esos países, circunstancias que aprovechan las mafias para embarcarles por el Mediterráneo. Las cifras de fallecidos durante la travesía superan los 450 en ese trimestre. Las primeras medidas del gobierno italiano fueron para entorpecer las labores de rescate de las ONG.
Y el 11 de abril, el gobierno italiano declara el estado de emergencia nacional durante seis meses, prorrogables hasta dos años, para hacer frente a la crisis migratoria. Es un ‘estado’ similar al de los grandes desastres naturales. El ‘estado de emergencia’ permite al Ejecutivo “ofrecer respuestas más eficaces e inmediatas en la gestión de los flujos migratorios”. Con otras palabras: el Gobierno puede “aumentar y fortalecer las estructuras para la repatriación de aquellos que no tienen derecho a permanecer en Italia, potenciando la identificación y expulsión”, lo que significa que en 72 horas las autoridades deciden quiénes tienen derecho a pedir asilo y quiénes pueden ser devueltos al país de origen, donde no está asegurada para nada su seguridad.
En resumen: Miles de personas son víctimas de violencia en Túnez y Libia, víctimas de las mafias que les embarcan, víctimas muchas que no resisten la dura travesía por el mar, víctimas del rechazo del país de destino y doble víctimas al ser repatriadas a su país de origen.
Seguramente ningún familiar nuestro iba en esas barcazas, por lo que podemos tratar el caso con mayor frialdad, aunque este guión se repite en todas partes del mundo.
UN TESTIMONIO. Sani Ladan, salió de Camerún con 15 años, tras cruzar el desierto y el mar, llegó a España y hoy, inexplicablemente, es analista geopolítico y escritor. Insiste en que el derecho a la movilidad, reconocido en el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, también lo tienen los africanos. Evidentemente, Sani habla ‘desde la otra orilla’.
Dice que “cuando la emigración se ve como un problema, se convierte en un problema”. Es una locura internacional: Es fácil traer coltán del Congo o pedirle a un niño de 9 años que trabaje en la mina, porque en Europa necesitan aire limpio y para eso coches eléctricos. No hay vallas para las materias primas africanas. En cada revolución industrial Europa echó mano de África.
Ahora con la revolución digital, Europa ha puesto ‘sello verde’ a la energía nuclear pero no tiene minas de uranio, por lo tanto manda a los africanos que trabajen las minas de uranio para enriquecer las centrales nucleares europeas. Níger es uno de los principales productores de uranio en el mundo pero vive en la penumbra, mientras las calles de París están superiluminadas con el uranio de Níger. No se puede tramitar un visado a un argelino para venir a España, pero se dan todas las facilidades para traer el gas de Argelia a Europa.
Ya ven. Sólo se señala negativamente a los inmigrantes que llegan a las fronteras, pero no el bienestar de Europa mantenido por los africanos. Se ve a las víctimas como en Melilla, pero no a los verdugos (una violación de los derechos humanos ocultada y archivada). Nuestra piel sigue siendo un problema, a partir del norte de África existe una ‘negrofobia’ violenta. Se crean espacios para encerrar a inmigrantes, como guetos. Está marcado el tipo de trabajo para ellos, como si las personas inmigrantes no tuvieran otras inquietudes. El racismo es un fenómeno estructural…
Parece que, considerar la inmigración como un tema complejo sin más, suena a evasiva.
(Refer. Programa A VIVIR, Cadena SER, 9/4/2023)
1976 Rafael Amor huye de Argenteni, llega a España y escribe:
NO ME LLAMES EXTRANJERO (Rafael Amor)
No me llames extranjero porque haya nacido lejos
o porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo.
No me llames extranjero porque fue distinto el seno
o porque acunó mi infancia otro idioma de los cuentos.
No me llames extranjero si en el amor de una madre
tuvimos la misma luz, en el canto y en el beso
con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de donde vengo,
mejor saber dónde vamos, a dónde nos lleva el viento.
No me llames extranjero porque tu pan y tu fuego
Calman mi hambre y mi frio y me cobija tu techo.
No me llames extranjero, tu trigo es como mi trigo,
tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego
y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
RECITADO: Y me llamas extranjero porque me trajo un camino,
porque nací en otro pueblo, porque conozco otros mares
y un día zarpé de otro puerto.
Si siempre quedan iguales en el adiós los pañuelos,
Y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos,
los amigos que nos nombran,
y son iguales los rezos y el amor de la que sueña
con el día del regreso.
No me llames extranjero, no,
traemos el mismo grito, el mismo cansancio viejo
que viene arrastrando el hombre desde el fondo de los tiempos:
cuando no existían fronteras, antes que llegaran ellos,
los que dividen y matan, los que roban, los que mienten,
los que venden nuestros sueños, ellos son
los que inventaron un día
esta palabra: extranjero.
No me llames extranjero, que es una palabra triste,
que es una palabra helada, huele a olvido y a destierro.
No me llames extranjero, mira tu niño y el mío
cómo corren de la mano hasta el final del sendero.
No los llames extranjeros, ellos no saben de idiomas,
de límites ni banderas, míralos se van al cielo por una risa paloma
que los reúne en el vuelo……
Me preocupa mucho en esta cuestión las noticias falsas sobre inmigración, que si vienen a quitarnos el trabajo, que si tienen privilegios en el acceso a los servicios públicos y hasta una buena paga, que si se aprovechan de nosotros, etcétera, etcétera. Y en gente cercana.