A los 92 años nos deja Pedro Casaldáliga. Todos los pueblos indígenas y los campesinos de Sao Félix do Araguaia (Matto Grosso) y de la Amazonía le lloran, era uno de ellos, enfermó de malaria varias veces como ellos, intentaron expulsarlo como a ellos, fue amenazado a muerte y perseguido como ellos, sufrió y murió con ellos. “Esta es mi tierra en la Tierra”, decía. Y allí sigue latiendo su corazón.
Nunca quiso títulos ni honores, aunque su gente le apodó de mil maneras “el obispo del pueblo” , “el profeta vivo de los pobres”, “el obispo rojo”, “el poeta subversivo”... Fue uno de los líderes de la Teología de la Liberación (presionado y cuestionado por el Vaticano) y uno de los fundadores del Consejo Nacional Indígena de Brasil. Excelente poeta, escritor y comunicador, firme defensor de los derechos de la Naturaleza y de las Mujeres, con gran sentido del humor y una vida marcada por la coherencia. Su humilde casa de barro siempre tuvo las puertas abiertas. Un caminante incansable: “Valen más los muchos pasos del camino por llegar, que el paso de la llegada”, decía.
En 1972 escribió esta especie de autorretrato poético: Canción de la hoz y el haz
Con un callo por anillo
monseñor cortaba arroz,
¿Monseñor «martillo y hoz»?
Me llamarán subversivo
y yo les diré: lo soy,
por mi pueblo en lucha, vivo,
con mi pueblo en marcha, voy.
Tengo fe de guerrillero
y amor de revolución,
y entre Evangelio y canción
sufro y digo lo que quiero.
Si escandalizo, primero
quemé el propio corazón
al fuego de esta Pasión,
cruz de Su mismo Madero.
Incito a la subversión
contra el Poder y el Dinero,
quiero subvertir la Ley
que pervierte al Pueblo en grey
y al Gobierno en carnicero.
(Mi Pastor se hizo Cordero,
Servidor se hizo mi Rey).
Creo en la Internacional
de las frentes levantadas,
de la voz de igual a igual
y las manos enlazadas…
Y llamo al Orden de mal
y al Progreso de mentira,
tengo menos paz que ira,
tengo más amor que paz.
Creo en la hoz y en el haz
de estas espigas caídas:
¡una Muerte y tantas vidas!
¡Creo en esta hoz que avanza
—bajo este sol sin disfraz
y en la común Esperanza—
tan encurvada y tenaz!
Bendito – bienaventurado de todas las bienaventuranzas – ha sido y es y será por siempre.
gracias, ya esta publicado en el fbk del COR de Cadiz
Hace muchos años puse música a ese poema y lo he cantado muchas veces y a públicos muy distintos.
Nos van quedando pocos , no hace tanto se marchó Ernesto Cardenal.