
Hombre verde. El 15 de diciembre hubiera sido el cumpleaños de Chico Mendes. Hubiera sido. Pero los asesinos de la Amazonia matan los árboles molestos, y también matan a la gente molesta. Gente como Chico Mendes.
Sus padres, esclavos por deudas, habían llegado a las plantaciones de caucho desde el lejano desierto de Ceará. El aprendió a leer a los veinticuatro años.
En la Amazonia organizó sindicatos y juntó a los solos, peones esclavizados, indios desalojados, contra los devoradores de tierras y sus bandoleros a sueldo, y contra los expertos del Banco Mundial, que financian el envenenamiento de los ríos y el bombardeo de la selva.
Y fue marcado para morir. Los tiros entraron por la ventana. (*)

Loca de la Plaza de Mayo. También hubiera cumplido 94 años en diciembre, si no hubiese fallecido el mes pasado. Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo.
Decía Galeano: En Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Desde el 30 de abril de 1977, la asociación Madres de Plaza de Mayo ha marchado cada jueves, de forma ininterrumpida, alrededor del obelisco, primero para pedir respuestas al Gobierno militar sobre el paradero de los 30.000 desaparecidos, y años después, con la llegada de la democracia, para honrar la memoria de quienes ya no volverían y seguir reclamando memoria, verdad y justicia.
Madres y Abuelas se convirtieron con su protesta no violenta y sus pañuelos sobre la cabeza en icono inconfundible de la lucha por los derechos humanos.

Pollo luchador. Con 75 años recién cumplidos nos dejó el chileno Gustavo Ruz Zañartu, conocido como el “pollo”. Último sobreviviente de la Primera Dirección Clandestina del PS de Chile. Compañero de fatigas de Salvador Allende y luchador empedernido desde jovencito. A pulso se ganó su desaparición durante nueve meses en centros de tortura y campos de concentración y su expulsión de Chile. Pero este “pollo” siguió cantando en el extranjero, ayudando a organizar la solidaridad internacional contra la dictadura. Clandestinamente regresa en 1983. Sociólogo de la Universidad de Concepción fundó el Comité de Defensa y Recuperación del Cobre y luego el Movimiento por una Asamblea Constituyente.
Horas después de su conferencia en Valparaíso, dejó de latir su corazón: “La línea divisoria es muy clara. Aquí no cabe el hermafroditismo político. O estás con la soberanía popular y la autodeterminación de los pueblos, o estás con la dominación de una minoría sobre el conjunto de la sociedad”.

Humilde cantor. Cumplidos los 79 años y más de 400 canciones creadas, se marchó Pablo Milanés. También murió con las botas y su guitarra puestas. Viviendo sus canciones: “Si yo canto una canción y no la vivo, no la canto”.
Nunca quiso ser etiquetado este cantautor cofundador de la Nueva Trova cubana y de estilo inconfundible. Nunca presumió de los varios galardones logrados en sus cinco décadas de vida artística, pero siempre los agradeció.
Yolanda, su canción más cantada, se convirtió en himno. La primera vez que la cantó a su musa inspiradora “la paralizó”, dice ella misma, su esposa Yolanda Benet.
Roberto Perdomo le define: “Pablo Milanés tenía muchas facetas, era el Pablo culto, campechano, un cubano acérrimo, infinitamente humano, era tan humilde que me impresionaba; ahí radicaba su mayor grandeza, con él aprendí muchas cosas. Era un hombre cósmico”.
(*) Refer. E. Galeano ‘Los hijos de los días’)
Gracias, Domingo, por traernos a estos iconos latinoamericanos y ese pensamiento de Galeano, mas actual hoy que nunca.
Esta Mirada solidaria me ha traído al recuerdo el libro Senderos de Libertad, de Moro, sobre la vida de Chico Mendes. Uno de los libros más emotivo y guerrero que he leido