América Latina ha ejercido un papel fundamental en la Historia moderna y siempre fue un espejo reflector de muchas vergüenzas de Occidente.

En la segunda mitad del siglo XX, América Latina se convirtió en el campo de juego de Estados Unidos y la Unión Soviética, que tras la segunda guerra mundial (1939-1945) intentaron expandir su influencia en otros países y establecer gobiernos aliados, sin importarles su legitimidad. Bajo la batuta de EEUU, en Latinoamérica proliferaron los golpes de estado y las dictaduras militares que usaron la violencia, la represión y la censura para mantenerse en el poder.
El elenco de dictadores golpistas fue famoso a nivel mundial: Jorge Rafael Videla (Argentina), Hugo Banzer (Bolivia), Joao Baptista Figueiredo (Brasil), Augusto Pinochet (Chile), Carlos Castillo Armas (Guatemala), Duvalier (Haití), Familia Somoza (Nicaragua), Manuel Antonio Noriega (Panamá), Alfredo Stroessner (Paraguay), Rafael Leónidas Trujillo (República Dominicana), etc.
Estamos hablando de hace tan solo un puñaíto de años, de 50 o 60. ¿Recuerdan el miedo y la impotencia establecida? Aquello parecía imposible de cambiar. Y en pocos años… ya ven.
¿Y qué está pasando en este siglo XXI?
Como ahora somos supermodernos, los golpes de estado no se hacen a bombazos ni se usa la fuerza bruta. Ahora se llama golpe de Estado blando, golpe suave, golpe encubierto, golpe judicial, lawfare. Los efectos vienen a ser los mismos: conspirar para desestabilizar y tumbar a un gobierno legítimo.
Estados Unidos y sus aliados neoliberales han aprendido a provocar la caída de los gobiernos que les molestan, sin derramar demasiada sangre. Las oligarquías no están dispuestas a ceder su poder y sus privilegios “por las buenas”.
A diferencia de los golpes militares de antaño, el golpe de Estado blando es una guerra híbrida en la que los medios de comunicación tienen un papel relevante para deslegitimar y ridiculizar al gobierno legítimo. Se trata de generar malestar en la sociedad con falsos rumores y acusaciones basadas en difamaciones y denuncias falsas. Eso da origen a cantidad de procesos judiciales y a una cómplice persecución por parte del poder judicial. Interesa desestabilizar al gobierno y crear un clima de “ingobernabilidad”. Otro elemento fundamental es el bloqueo y saboteo parlamentario a las leyes reformadoras. Se presiona a la vez con revueltas callejeras y violentas. Y se busca el eco y aislamiento internacional. Todo bajo el sonoro manto de la democracia neoliberal.
Esta es una estrategia muy utilizada hoy por partidos y líderes ultraconservadores en el mundo.
Y de nuevo, aunque no en exclusiva, Latinoamérica es la abanderada de ‘golpes de Estado blandos’: Argentina (1989), Honduras (2009), Paraguay (2012), Venezuela (2014), Bolivia (2019), Perú (2022), Ecuador (2010), y actualmente en Brasil contra Lula y en Colombia contra Petro.
Recién se ha publicado un MANIFIESTO (“Un golpe blando está en marcha en Colombia”) a favor de las reformas sociales de Gustavo Petro (aumento de salarios, mejora de salud, protección de medio ambiente y la paz total), que firman más de 400 líderes políticos internacionales.
Denuncian que los poderes tradicionales de Colombia se han organizado para restaurar el orden anterior de desigualdad extrema, destrucción del medio ambiente y violencia patrocinada por el Estado. Y para ello están utilizando el parlamento, los conglomerados mediáticos y la rama judicial para detener las reformas, intimidar a sus partidarios, derrocar a sus dirigentes y difamar su imagen en la escena internacional.
También generales y coroneles en retiro y reservistas militares han proclamado su oposición al presidente Gustavo Petro y han marchado frente al Congreso para llamar a un golpe de Estado.
El manifiesto termina diciendo: Nosotros, los abajo firmantes, llamamos a los amigos del pueblo colombiano y a los aliados de la democracia de todo el mundo a oponerse a estas infames tácticas e impedir el avance de un golpe blando en Colombia.
Mirada Solidaria se suma y suscribe este manifiesto en todos sus términos. Ojalá el valiente pueblo colombiano sepa resistir y no se deje envenenar por los enemigos poderosos de su país.
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