Es lo que pasa con la miopía, que los objetos lejanos se ven borrosos. Los de cerca no, de cerca puedes verte el ombligo con suma claridad.
Es curioso, cuando conversas con la gente, cada cual tiene su mirada y muestra preocupaciones distintas, las suyas: el trabajo de su hijo, la subida de su hipoteca, la delicada salud de sus abuelos, su apretado salario, los altos precios de los alimentos, su régimen de adelgazamiento, sus vacaciones familiares, la avería de su auto, sus problemas de salud, etc. Son miradas nítidas porque son de corta distancia, sus preocupaciones son familiares o personales.
Otros temas resultan más lejanos y borrosos. Por ejemplo, el cambio climático. ¿Por qué eso no parece preocupar a nadie…? El caso es que no lo mencionan. Aunque todo el mundo se queja de las olas de calor, cada vez más intensas, que, por cierto, cada vez ocasionan más muertes, más incendios incontrolables, más sequías, más inundaciones, más lluvias torrenciales…
El hemisferio norte soporta olas de calor simultáneas que abarcan Norteamérica, Europa y Asia. Las temperaturas llegan a sobrepasar los 50 grados. Se están batiendo todos los récord de temperatura en el planeta. Se habla de “tempestad de calor histórica”. Según la Organización Meteorológica Mundial, este julio ha sido el mes más cálido de la historia en el planeta. Y dice que éste “es de los peligros naturales más mortales’.
Millones de hectáreas arden en Canadá, Portugal, Grecia, Italia, Argelia, Túnez, Turquía, España… Son masivas las evacuaciones huyendo de las llamas.

Explica el científico Ernesto Rodríguez que esta situación extrema «es consecuencia del calentamiento global producido por los gases de efecto invernadero, que a su vez es consecuencia del uso de combustibles fósiles… Las causas se están atajando de forma muy tímida. Tenemos que reducir el uso de combustibles fósiles de forma tajante. Se está avanzando, pero no de la forma adecuada…Estas olas de incendios pasarían cada 200 o 300 años, si no hubiésemos calentado el planeta».
¿Ya es demasiado tarde?, le preguntaron. ‘Tendríamos que atajar la causa, que es nuestra dependencia de los combustibles fósiles, que consumimos de forma desaforada. Y, por otra parte, tenemos que adaptarnos sobre la marcha a las olas de calor con avisos de salud para personas vulnerables y medidas para prevenir los grandes incendios. Adaptación y mitigación’, respondió.
Observamos y escuchamos. ¿Verdad que este problema no es tan lejano como para verse tan borroso? Lo estamos viviendo en directo. No pueden decirnos que es catastrofismo. No son teorías ni previsiones, son hechos que estamos constatando y sufriendo en nuestra propia carne.
Y esto sucede cuando estamos acercándonos a la fatídica cifra de calentamiento del 1,5 ºC. ¿Se imaginan cómo puede ser el futuro si el aumento de temperatura llega a los 3,5 ºC, que es a donde nos dirigimos si no cambiamos nada?
Y siempre, como un aguijón, aparece la apremiante pregunta: ¿qué futuro le estamos dejando a nuestros hijos?
¡Dichosa la gente que hace todo lo que puede contra el cambio climático y sus causas! Gente no miope que se preocupa por el presente y el futuro de nuestro planeta y sus habitantes. Gracias.
El Cambio Climático es una realidad notablemente visible. Nadie lo puede negar. Quizás sea, con el hambre en el Mundo, los dos grandes y prioritarios problemas a los que habría que dedicar tiempo, estudios y recursos para poder atajarlos, sin embargo lo prioritario para «Occidente» son la Economía y las guerras de poder. Una obcecada e interesada miopía que pagaran nuestros nietos.