Ni soy escritor ni literato, nos dijo, simplemente me gusta contar a mi manera lo que veo y escucho. Nada más.
Una chica joven española decía que su abuelo de 92 años está en una residencia pública de personas mayores. Su pensión de 632 euros mensuales no le alcanza para cubrir la cuota de la residencia y los gastos por copago de medicamentos.
Decía esto el mismo día en que fallecía una duquesa de 88 años en Sevilla (España) cuyo patrimonio supera los 3.000 millones de euros. Curiosamente, el 90% de dicho patrimonio está exento de impuestos.
Un hombre de 66 años comentaba que le viene bien para la artrosis ir a la piscina. Observa que, en los vestuarios y duchas, tanto los niños, como los jóvenes, como los ancianos, todos se duchan y se mueven totalmente desnudos con la mayor naturalidad del mundo. Sin embargo, recuerda que cuando él entró a los 11 años de edad en un seminario, desde la primera noche los curas les enseñaron y obligaron a desnudarse y ponerse el pijama cuidadosamente debajo de la sábana. Paradojas y puritanismos de la vida. ¿Cómo tratarán actualmente en los seminarios el tema de los numerosos escándalos de curas pederastas?
Aquel joven estaba sorprendido por la reciente visita a Europa del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que venía a pedir dinero para subvencionar todo el proceso de paz. A los tres días, Santos suspendió los Diálogos de Paz de la Habana hasta que los guerrilleros de las FARC liberaran a los dos militares recientemente secuestrados en la zona de conflicto.
Pues, entre abril de 2012 (fecha de inicio de los Diálogos) y enero de 2014, 29 activistas de la Marcha Patriótica fueron asesinados por las fuerzas del Estado y paramilitares y no se suspendieron los Diálogos de Paz. Según Amnistía Internacional, en el año 2013 fueron asesinados en Colombia 73 defensores de los derechos humanos, entre ellos líderes indígenas y afrocolombianos, y 27 miembros de sindicatos. Las unidades militares fueron las ejecutoras de al menos 48 muertes. Y no se suspendieron los Diálogos de Paz.
No soy profesional de la medicina pero sé leer, dijo aquella señora.
El pasado 10 de octubre, la ONU elevaba a 4.033 las personas muertas en países africanos como consecuencia del ébola y se habla de otras 13.000 infectadas. Y del personal médico y sanitario 416 resultaron infectados, de los cuales 233 han muerto. La epidemia no es nueva, se descubrió en 1976. Y sigue sin controlar. En vano se hicieron varios llamamientos al consejo de Naciones Unidas. La única respuesta fue un envío de tropas (?). Solamente Cuba envió a 165 sanitarios y materiales. Bastó con que se dieran dos casos en occidente (EE.UU. y España) para que saltaran las alarmas y la OMS se reuniera de urgencia, exigiera estrictos protocolos y diera el visto bueno a vacunas experimentales.
¿La cuestión de fondo? Que esa enfermedad se nutre de la pobreza y mientras sólo sean los pobres los que mueren… Nos recuerda a la malaria: afecta a 207 millones de personas en el mundo y mata a 627.000 cada año, mucho más que el ébola. Pero la enfermedad de la malaria, que es prevenible y curable, no dispone de vacuna, ni interesa a los grandes laboratorios. El motivo es el mismo: es una enfermedad de pobres y no es preocupante para occidente. ¿Entienden cómo la vida de un blanco vale mucho más que la de un negro?
A propósito del ébola, Pascual Serrano titula una de sus perlas “Enfermedad como negocio”. Para la economía capitalista, las enfermedades no son un problema, son un negocio: «Tres empresas con fármacos contra el ébola aumentan su valor en 1.100 millones desde enero» (Eldiario.es, 7 de octubre).
Decía un joven latinoamericano: ¿Hasta cuándo hay que seguir respetando y reconociendo a la ONU como “asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho Internacional, la Paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos”? Bla, bla, bla… ¿Para qué sirve la ONU? ¿A quién sirve?… Dejémonos de teorías.
A finales del pasado mes de octubre, la ONU emitió una resolución en la que condena categóricamente el bloqueo económico, comercial y financiero de más de 50 años impuesto por Estados Unidos contra Cuba, de forma injusta y generando múltiples consecuencias. Por vigésimo tercer año consecutivo, la ONU demandó por una abrumadora mayoría poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la isla, un llamamiento apoyado por 188 de los 193 miembros de la ONU, al que sólo se opusieron Estados Unidos y su socio Israel, más tres abstenciones.
Todos calificaron la política estadounidense como “inmoral e injustificada” e insistieron en que la misma viola la Carta de las Naciones Unidas. Y coincidieron en que “EE.UU. viola los derechos de la justicia y los derechos humanos ya que retrasa el crecimiento económico y social de la nación caribeña”. Pues, bien. El representante de EE.UU. rechazó nuevamente la resolución. Y el gobierno norteamericano, lejos de ponerle fin al bloqueo, ha mantenido en vigor las leyes y disposiciones, y ha continuado reforzando los mecanismos políticos, administrativos y represivos para mantener el bloqueo. Y punto.
La ventana del mochuelo
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