
Si partimos de que una ciudadanía informada es condición imprescindible para el funcionamiento de una democracia, resulta preocupante y grave un sistema político en el que una tercera parte de la población, premeditadamente, renuncia a informarse.
Pascual Serrano comenta un informe reciente del Reuters Institute y la Universidad de Oxford, que muestra el aumento de la desconexión entre el periodismo y el público. No solamente sigue cayendo la confianza en las noticias, sino que, por primera vez, aparece otro fenómeno: la cantidad de personas que deciden evitarlas.
El interés por las noticias ha pasado del 63% de los ciudadanos en 2017 al 51% en 2022. Y ha aumentado bruscamente el porcentaje de gente que dice evitar las noticias a propósito (un 38%), o porque les afecta negativamente en su estado de ánimo, o porque no resultan fiables, o porque no las consideran relevantes para sus vidas…
Es evidente que a una sociedad volcada en el bienestar individual cualquier agenda informativa trágica y alejada le resulta desagradable y evitable. Pero que un 42% de los encuestados no se fíe de lo que cuentan los periodistas, o sienta que ellos aburren con los mismos temas, sí debería ser asunto de reflexión para la profesión periodística.
Sólo un 19% considera que los medios priorizan lo que es mejor para la sociedad en vez de sus propios intereses comerciales o políticos.
¿Será una cuestión de pedagogía y de presentar más contexto para que la gente encuentre sentido a las noticias? Si la gente no comprende cómo se relaciona con su vida lo que sucede en otras partes del mundo y sus circunstancias, las audiencias no entenderán el bombardeo de informaciones y preferirán ver una serie en streaming.
El informe señala otra novedad: Los jóvenes rechazan los medios tradicionales y se informan por las redes sociales. El 78% de jóvenes entre 18 y 24 años acceden semanalmente a las noticias por vías diferentes a los medios, lo que el informe llama “puertas alternativas”, como las redes sociales, principalmente Instagram y TikTok, “donde el entretenimiento y los influencers desempeñan un papel más importante”.
Conclusión: Algo muy serio y de gran repercusión social está sucediendo en el mundo de la información.
Viene al recuerdo aquel periodista uruguayo y profesor universitario Leonardo Haberkorn, que en diciembre/2015 escribió en su blog (El informante) un artículo titulado “Con mi música y la Fallaci a otra parte”. Era su renuncia de profesor de periodismo en la universidad, por el escaso interés de sus alumnos en la información. Pues, también esos futuros periodistas, faltos de curiosidad y compromiso por la profesión, parecían prestar mayor atención a las redes sociales.
El texto fue objeto de gran debate y difusión. Muchos medios lo utilizaron sin su consentimiento y a veces de forma incompleta. Aquí puede leerse el original completo en el blog del profesor:
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