En las paredes del encierro
siento la esperanza
rauda llega
hasta el interior de mi corazón.
Dispuesto a recibirla
abro los brazos
como las plantas reciben
el rocío de la mañana
como cuando el sol
abriga las praderas
como cuando los nevados
se visten de blanco
como cuando el canto del gallo
anuncia el amanecer
como cuando un nuevo ser nace
como cuando la vertiente
aumenta su caudal
como cuando un amigo
un favor te hace
como cuando un pintor
pinta su mural
así se siente la esperanza
por eso
nunca hay que desesperar
mientras se pueda actuar
(Wilman Jiménez)
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